Hoy vamos a hablar de Seguros Médicos privados, ante la noticia de la reducción del % del PIB destinado a los gastos sanitarios en los presupuestos generales del estado que se están debatiendo en la actualidad.
Esta reducción del gasto, y el dato objetivo del aumento del número de día que hay que esperar en la seguridad social para una intervención (por supuesto, el dato varía entre comunidades autónomas, siendo este tema mucho más grave en comunidades autónomas como la catalana, y más leves en comunidades como la cántabra), hace que haya una inquietud social acerca de este tema y “divida” a la sociedad entre sanidad privada y sanidad pública, como si de un partido de fútbol se tratara. Hoy nos gustaría explicar por qué estos dos sistemas son completamente compatibles y no sistemas enfrentados como muchas veces se nos quiere hacer ver.
Es curioso, que haya un elevado consenso social acerca de que el sistema público de pensiones es complementario, a que yo, como persona individual, decida velar por un futuro económico mejor, y ahorre de cara a complementar dicha pensión pública. Cuando la única certeza del sistema actual de pensiones, es que los que cotizamos actualmente, estamos pagando las pensiones de los jubilados actuales, y no sabemos qué pasará el día que nosotros nos jubilemos… Así, que (como siempre, unos más que otros) hay personas que deciden no esperar a que se solvente este futuro incierto y toman “la sartén por el mango”, para no tener que lamentarse en el futuro.
En cambio, no existe el mismo consenso con el tema de un seguro privado de salud, el cuál es en muchos casos considerado un bien “de lujo”.
Estaremos de acuerdo, que tenemos uno de los sistemas de salud mejores del mundo. Y por ello es una obligación “moral” de todos, “cuidarlo” y hacerlo lo más efectivo posible.
Si yo, a través de mi seguro privado, puedo ir anualmente a revisarme la vista, acudir al ginecólogo o al dermatólogo, tengo más posibilidades de detección precoz en caso de que se me manifiesta alguna enfermedad. Si ese lunar que tengo, y que me ha cambiado de color ,cuando quiero que me lo estudien, tengo que ir al médico de cabecera, éste me haga volante para el especialista, me den cita en este dermatólogo y me hagan la biopsia…En el mejor de los casos en mes y medio tendré el diagnóstico, que en Seguridad Privada tendría en dos días. ¿Es por tanto la salud un artículo de lujo? ¿Lo es la prevención?
Resulta contradictorio que anualmente llevemos al coche a una revisión anual, y “nuestra revisión anual” la consideremos un gasto innecesario, y una “obligación” del estado. Si el estado “no me paga” los chequeos, no me los hago. Pero como yo soy la dueña de mi coche, sí le pago a éste “su chequeo”. ¿Es nuestra salud “competencia exclusiva” del estado? ¿O puedo (o debo) yo colaborar en ella?
Me comentaba el otro día una amiga farmacéutica que acudió una señora a solicitarle un antibiótico, con su correspondiente receta de seguridad social. Le llevó también nota del mismo médico, para la compra de un probiótico para paliar los efectos secundarios de dicho antibiótico. Le explica entonces la farmacéutica que el probiótico no está cubierto por la seguridad social. A lo que le contesta la cliente que entonces no se lo ponga. Volvemos entonces al ejemplo del partido de fútbol: “lo que cubre la seguridad social”, frente “a lo que no cubre”. Pero no caemos muchas veces en cuenta…que la pelota que se golpea, es nuestra salud. Si el antibiótico le produce problemas de estómago a la señora… ¿se resignará, o pondrá los medios para evitarlo?
En resumen, el sistema sanitario privado es un complemento al sistema sanitario público español. Me dará la posibilidad de prevenir, cosa que el sistema a público no me da en la mayoría de casos (excluyendo los planes específicos de grupos de riesgo), puesto que su objetivo es curar. Además, me dará la opción de acelerar los diagnósticos, y una vez necesite empezar el tratamiento curativo poder elegir si quiero continuar en esta vía privada, o seguir por la vía pública. Puesto que la salud es lo más importante para el 90% de las personas encuestadas, dejemos de ver los seguros médicos como un artículo de lujo, sino como la opción de elegir cómo quiero tratar ese bien preciado que es justamente mi salud.
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